lunes, 29 de agosto de 2011

3- Los berlineses



                Es difícil generalizar respecto a la población, aunque haré un par de comentarios. La gente con la que me he cruzado ha sido siempre maja, quizá demasiado formal pero simpática, el rollo de la frialdad alemana en Berlín no existe. Si uno va mentalizado con que los alemanes son unos tristes hará comentarios como “Aún no he visto a uno solo sonreír”, pero para que esto sea mencionable supongo que antes tendrá que olvidar el 99% de la gente con la que se cruza en España, pintar sus recuerdos de rosa y poner música de Madness de fondo. Claro que la gente no va sonriendo por ahí, esto no es un anuncio de Rexona. Ya he dicho que suele ser joven y de muy variada procedencia, la diversidad subcultural también es muy grande: punks de los de verdad y perroflautas antisistema los más destacables, aunque emos, heavies y eso hay muchos, pero no más que en Madrid. Tíos que llevan calcetines con chanclas también he visto unos cuantos, ese tópico sí que es cierto. Finalmente, los berlineses desatan toda su furia al montar en bici, entonces no son nada simpáticos.
Por lo general, hablan alemán e inglés. Pero en castellano uno se puede mover con bastante facilidad, es un idioma presente en el país –en los hablantes, porque en muchos museos he visto carteles en italiano pero no en español, cuando suele ser al contrario-.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario