viernes, 5 de agosto de 2011

De cómo Berlín (04). Retrasos y contradicciones.


Bueno, empieza –para mí- el día 4 de agosto, son las 12:24 y tengo algo menos de una hora para escribir un parrafillo y llegar al instituto. Me hacen mucha ilusión los comentarios de apoyo y demases que me están dejando algunas personas ya sea vía el blog o vía chat, luego si tengo ganas hablaré un poco de cómo me estoy viendo como bloguero –o bloggur, que diría Max Römer-. El día ha salido regulero, y la verdad es que la previsión no es buena, así que me llevaré una chaqueta-chubasquero con capucha. He dormido bastante bien, el único problema que veo en mis despertares es que me entran unas ganas de vomitar bastante curiosas, espero no tener ningún problema en el estómago. Por lo demás, hoy intentaré ver la isla de los museos y ya sobre las 20:00 me volveré, a menos que haya alguna sorpresa. Hoy viene definitivamente una amiga de Zaragoza, así que igual quedo con ella algún día este fin de semana y así puedo conocer un poco Berlín de noche. El Theodor, que tendrá unos 60 según sus últimas declaraciones, va a salir el viernes con amigos de su edad a una discoteca. No sé qué esperar, la verdad. Hoy se suponía que iba a ir al supermercado, a por coca colas o algo –tengo cantidades ingentes de embutido- pero me ha podido la pereza y la lentitud. Mañana lo haré.
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                Epa, como ayer, a las 00:28 empiezo a escribir la entrada. Otro día ha caído, el 4º ya. La verdad es que el viaje se me está pasando rápido y lento a la vez, tengo que buscar algún ensayo guay sobre el tiempo. Quizá empiece a leer hoy “Mañana en la batalla piensa en mí”, de Javier Marías, que me lo metió mi madre en la mochila por alguna razón. A ver, por dónde empiezo. Se podría decir que hoy ha sido un día de retrasos y contradicciones.
                Como decía, retrasos. El de mi amiga la que iba a venir hoy, que viene finalmente mañana, el de mi primo, que se suponía que vendría el día 7 y vendrá el 9 y el de Sire, que también posterga su venida del 9 al 10/11. Esto cambia un poco mis planes, creo que ya he dejado claro en entradas anteriores que no me suele gustar crearme expectativas pero es cierto que esta vez lo he hecho, me he planificado bastante bien los días para no llevarme decepciones y esto ha supuesto un jarrito de agua fría. Aquí también me contradigo, digo siempre que me gustaría que Sire viniera más tarde, para cortarme el mes por la mitad, pero ahora…pf.
                Y más contradicciones, porque por un lado me siento muy contento pero por otro bastante triste. Estoy muy contento porque mi mejor amigo, el puto amo la verdad, ha decidido hoy abrirse un poco conmigo y, teniendo en cuenta que es un tipo muy introvertido, eso me ha dado una inyección de moral. Pero por otro, estoy un poco choff porque en clase no he tenido excesiva relación hoy con nadie, el día ha salido feísimo y encapotado y no he podido sacarle fotos ni al cielo porque mi cámara se ha quedado sin batería. He paseado por MuseumsInsel y visto bastantes cosas curiosas pero supongo que el mal tiempo me ha bajado el ánimo.
                Y he ido a un supermercado, ahí a lo loco. Pero joer, ha sido una experiencia horrible. Muy pequeño y todo manga por hombro. Y dice Theodor –con el que me he pegado una conversación de hora y media sobre el periodismo alemán que me ha dejado aturdidísimo- que es el mejor de la zona. Me molestaban tantos carteles llamativos y que todo llevaba curry o mostaza o pepperoni o salsas que no sé qué son, así que he salido sólo con una botella de litro y medio de Sprite, una bolsa de patatas y una copa de chocolate.  2 euros 20, bien. Pero eso sí, las bolsas a 0,15 euros, mejor ir con una mochila la próxima vez. Y eso es lo que he cenado junto a media barra de fuet.
                Mañana tenemos cena de clase, todos juntos. Y luego quizá salga con esta chica de Zaragoza y sus amigos del colegio, que están por aquí. O con Theodor, quién sabe. O quizá no salga y tenga que llorar y secarme las lágrimas con jamón. Wir werden es sehen!

4/25 (16 %)

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