martes, 2 de agosto de 2011

De cómo vuelo hacia Berlín (00,5) y Día de llegada (01)


             A 11000 metros de altura no hay vuelta atrás. Esto ya ha empezado. Hace nada el piloto ha informado de que habíamos dejado atrás Pamplona y Zaragoza y que sobrevolábamos Toulouse. El vuelo ha salido con una media hora de retraso así que hasta las 19:20 o así no llegaremos (dentro de dos horas). La verdad es que estoy bastante tranquilo, aunque la pereza que sentía por hacer este viaje se ha convertido en una especie de mezcla entre incertidumbre y pasotismo que no acabo de entender. Por un lado me preocupa llegar bien a casa, si tendré conexión, cómo haré visitas a sitios y a la gente que pasará por Berlín (ahora mismo tengo infinitas ganas de que venga Sire). Pero por otro me da todo un poco igual. Se me mezcla una especie de sentir grande –que decía Irene en una entrada de su blog-, que me hace estar bastante frágil anímicamente y que se magnifiquen mis emociones, con un pseudo-nihilismo que parte de la relativización que he hecho de todo el viaje, cosa que suelo hacer siempre. Pasaré en Berlín 25 días y 25 noches, que no suponen más de un 7% del año 2011. Y si tengo mala suerte y es una experiencia horrible, supondrá menos de un 0,5% de lo que me quede de vida a nada que viva otros  14 años. Así que panchu. Además, ya llevamos 17 horas y media del día 1.
                El vuelo va bien, por ahora no he visto demasiados islámicos y la señora que duerme a mi lado ni ronca ni me abraza. Eso sí, este avión tiene la tripulación menos sexy de la historia, las azafatas menos eróticas que he visto en mi vida. Todo el mundo habla alemán, por otra parte. A ver si pillo un poco de nivel en el viaje porque no entiendo casi nada de lo que se dicen. En la T4 no he conseguido conectarme a Wi-fi, a ver cómo lo hago en Alemania si en la casa no hay. Porque con un Smartphone todo guay, pero yo voy con mi portátil que no es precisamente un peso pluma y que además tiene una autonomía ridícula (sólo usando Word en 20 minutos ha perdido un 12% de batería). No consigo dormirme –esta noche he dormido apenas 2 horas y en el coche otras 3- así que espero tener sueño esta noche, porque mañana puede ser un día bastante movidito. Tendré que hacer el examen de nivel por la mañana y luego clase de 13:15 a 17:45, un horario de mierda la verdad. Además, no pasa como en la Carlos III, que se libra al menos un día a la semana.
                Encender el ordenador me ha permitido ver la hora, porque el reloj que llevo no sirve para eso y no puedo ni quiero encender el móvil. Aunque el plan era comprarme uno nuevo, sigo con mi Nokia clásico al que se le ven todos los chips. Tiene Snake así que mola. En cuanto a llamadas, dudo que haga muchas. De cualquier forma, he cogido una tarifa que supongo que si llamo algunas veces saldrá más barata que el roaming clásico. Son 13 céntimos minuto con IVA incluido pero te meten un euro diario cada día que hagas o recibas llamadas. Si tengo wifi le sacaré menos provecho, porque pretendo usar Skype con mis padres y quizá si nuestras actividades respectivas lo permiten con Sire también.
                No sé qué más contar. Cuando llegue a casa y esté ya bien establecido escribiré un poco más, sobre Theodor, mis impresiones y esas cosas. No suelo echar de menos nada y ahora estoy echando muchas cosas de menos :S Pero bueno, ya se me irá pasando, tiempo al tiempo. Berlín me espera.
0,5/25
                A las 0:38 me obligo a abrir Word para terminar el relato del día 1 de agosto, que ya se ha ido. Desde el aeropuerto viajé en bus, pero el autobusero (que me había pegado unas cuantas hostias con las puertas delanteras sin avisar) no abrió cuándo le pregunté si una parada era la mía –efectivamente lo era-. Así, terminé en Hauptbahnhof, pedazo estación de trenes, metro y demases, y fui andando hasta la casa con la maleta, para comprobar a medio trayecto que me estaba costando horrores enderezarla porque una rueda está pelada completamente. En el camino pude contrastar los rumores de que los berlineses van mucho en bici y que en ese medio de moción pueden ser peligrosos. A punto he estado de que me atropellaran un par de veces.
                La casa del amigo Theodor está en un 4º piso sin ascensor, y el tío no me ha ayudado a subir la maleta (23,9 kilos). Creo que estoy más cachas que nunca. El entrenamiento intensivo se verá apoyado por el sueño en esta cama, dura como ninguna que haya probado antes. Y estrechita también. Pero la casa por lo demás es impresionante. Gigante (el techo está a unos 3 metros del suelo), muy bien equipada, con wifi gracias a Dios…Y el señor muy majo, me ha invitado a cenar a un sitio típico alemán. El único problema es que casi hemos agotado los temas de conversación. El As en la manga que guardo es el futbol. Mañana me acompañará al instituto y a ver qué tal se me da el examen, porque la verdad es que hoy me he visto muy falto de recursos.
                Por lo demás, estoy medianamente contento. El día ha ido de la mejor forma posible. A ver si mañana sucede lo mismo. Eso sí, pase lo que pase, el hecho de estar ahora a las 0:46 hablando con amigos de la uni por tuenti (aunque se me han desconectado dos sin despedirse repentinamente), o con amigos de toda la vida de Zaragoza, tener privados de la gente que suelo tener privados e incluso hablar por skype con mis padres me hacen ser bastante consciente de que pase lo que pase, todo saldrá bien (otra vez Eder).
1/25

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